Teoría del ciclo de la violencia

Teoría del ciclo de la violencia

Teoría del ciclo de la violencia 1260 700 PsicoEmoSa


La dinámica del maltrato en las relaciones

La violencia de género es una problemática mundial de enorme gravedad, reconocida por la ONU como una de las violaciones más extendidas de los derechos humanos. Afecta a millones de personas en todo el mundo, independientemente de su clase social, edad o nacionalidad. En España, por ejemplo, el 14,2% de las mujeres ha sufrido violencia física o sexual por parte de su pareja a lo largo de su vida, y el 25,4% ha experimentado violencia psicológica. Uno de los conceptos clave para entender cómo se desarrolla y perpetúa esta forma de violencia es la Teoría del Ciclo de la Violencia, desarrollada por la psicóloga Lenore Walker en la década de los 70.


El ciclo de la violencia: un patrón recurrente

Esta teoría describe un patrón de comportamiento que se repite en muchas relaciones abusivas. El ciclo consta de tres fases principales que, a menudo, se repiten una y otra vez, atrapando a la víctima en una espiral de maltrato de la que es difícil escapar.

  1. Fase de tensión acumulada: durante este periodo, el agresor empieza a experimentar una creciente irritabilidad. Pequeños desencadenantes, como un comentario sin importancia, el ruido de la televisión o incluso una comida que no le gusta, pueden provocar un aumento gradual de la tensión. La víctima, consciente del cambio de humor del agresor, suele intentar pacificar la situación, haciendo todo lo posible para evitar el conflicto. Sin embargo, estos esfuerzos rara vez tienen éxito. A medida que la tensión se acumula, el agresor se vuelve cada vez más crítico y hostil, creando un ambiente de miedo y ansiedad.
  2. Fase de incidente de abuso: en este momento, la violencia se manifiesta abiertamente. El abuso puede ser de diferentes tipos: físico, emocional, verbal o incluso sexual. El agresor pierde el control y actúa de manera agresiva, descargando su ira sobre la víctima. Este es el momento más peligroso del ciclo, donde el daño físico y psicológico es más evidente. Las mujeres que sufren violencia de género tienen 2,5 veces más probabilidades de desarrollar trastornos de ansiedad y depresión, y aproximadamente el 31% de ellas puede sufrir trastorno de estrés postraumático (TEPT).
  3. Fase de reconciliación o “luna de miel”: tras el incidente violento, el ciclo entra en la fase de reconciliación, también conocida como la fase de “luna de miel”. En esta etapa, el agresor muestra arrepentimiento, pide disculpas y promete que el abuso no volverá a ocurrir. Este comportamiento amable y afectuoso puede confundir a la víctima, que, deseando que la relación mejore, puede aferrarse a la esperanza de que el abusador realmente haya cambiado. Sin embargo, con el tiempo, la tensión comienza a acumularse de nuevo, y el ciclo vuelve a iniciarse.


Impacto en las víctimas: daño psicológico y físico

Este ciclo de violencia tiene un impacto devastador en las víctimas. Además de los problemas de salud mental ya mencionados, el aislamiento social y la dependencia económica juegan un papel crucial en la perpetuación del ciclo. En España, el 43% de las mujeres que sufren violencia de género enfrenta dificultades económicas significativas, lo que dificulta su capacidad para abandonar la relación abusiva. Además, el 72% de estas mujeres carece de una red de apoyo sólida, lo que agrava su situación y las deja aún más vulnerables.


Factores que perpetúan el ciclo de la violencia

Varios factores contribuyen a que este ciclo continúe repitiéndose. Uno de los más significativos es la dependencia emocional y económica. Muchas víctimas sienten que no pueden abandonar la relación porque dependen del agresor, ya sea emocionalmente, económicamente o ambos. Además, el aislamiento social juega un papel crucial en la perpetuación del abuso. Los abusadores a menudo intentan aislar a sus víctimas de amigos y familiares, reduciendo su red de apoyo y aumentando su control sobre ellas.

Otro factor es la normalización del abuso. Con el tiempo, la exposición continua a la violencia puede hacer que las víctimas no reconozcan la gravedad de la situación. Pueden llegar a pensar que el abuso es “normal” o incluso que es culpa suya, lo que reduce aún más su capacidad para buscar ayuda.


La importancia del apoyo externo

Romper el ciclo de la violencia es un desafío enorme, especialmente sin apoyo externo. Es crucial que las víctimas de maltrato busquen ayuda lo antes posible. En España, el número de teléfono 016 ofrece atención gratuita y confidencial a las víctimas de violencia de género, disponible las 24 horas del día. Este recurso, junto con otras organizaciones y líneas de ayuda, es fundamental para proporcionar el apoyo necesario y los recursos que permitan a las víctimas salir de la relación abusiva.

Esta teoría ayuda a entender por qué muchas víctimas permanecen en relaciones abusivas y cómo el maltrato se perpetúa a lo largo del tiempo. Reconocer las fases de este ciclo es el primer paso para romperlo. Con el apoyo adecuado y la intervención oportuna, es posible salir de la espiral de violencia y reconstruir una vida libre de abuso. En 2023, España registró 58 víctimas mortales por violencia de género, lo que subraya la urgencia de abordar y prevenir esta forma de violencia. Como sociedad, es fundamental que nos comprometamos a apoyar a las víctimas y a luchar contra todas las formas de violencia de género.