La embriaguez del poder. ¿Alguna vez te ha venido a la mente esa frase al ver a ciertos dirigentes o a altos cargos de la política y del mundo empresarial? A esa idea general se le conoce como el Síndrome de Hubris (SH) o la enfermedad del poder.
Para hablar de este síndrome (hýbris en griego antiguo) tenemos que remontarnos a la antigua Grecia. El término hacía referencia a la desmesura de la arrogancia y del orgullo de aquellos dirigentes y personajes poderosos que buscaban con este comportamiento transgredir los límites impuestos por los dioses. Pero, esta conducta era contraria a los valores que perseguía la sociedad griega. Es por ello que, era un tema recurrente en la mitología y tragedias griegas, las personas que sufrían de hybris eran castigadas por los dioses. Además, existía una deidad, la diosa Hybris, que personificaba la insolencia, la falta de moderación y el desdén. También, en el derecho griego se encuentran referencias en relación a la hybris, en esta competencia se alude a la “violencia ebria de los poderosos hacia los débiles”.
En la actualidad el SH se ha descrito en multitud de áreas (política, empresarial, finanzas…). En 2009, el neurólogo y expolítico inglés, David Owen, y el psiquiatra, catedrático emérito de psiquiatría de la Universidad de Duke, Jonathan Davidson, publicaron un artículo en el que analizaron el comportamiento de ciertas figuras políticas respecto al SH.
Por lo general, las personas que manifiestan el SH son aquellas que llevan un cierto tiempo ocupando una posición de liderazgo. Durante este periodo, se produce una transformación que desemboca en un cambio drástico en la personalidad. Es un proceso paulatino, no aparece enseguida, conforme más tiempo ocupa la posición se va intoxicando del poder.
Pero, ¿por qué?
Habitualmente se suele enaltecer y halagar a la persona que ocupa un cargo de responsabilidad, destacando aspectos sobre su inteligencia, su carácter fuerte y audaz… Este ensalzamiento de su persona les produce una exaltación de su imagen y de su ego.
Características principale
Este síndrome se asocia, sobre todo, con la falta de humildad, con un exceso de confianza y con comportamientos de superioridad. En consecuencia, mantienen un trato de desprecio con las personas que están bajo su mando y suelen ignorar sus ideas y opiniones. Así, las personas de su alrededor sienten impotencia al ver que no pueden influir y adquieren un comportamiento de sumisión y aceptación porque ven que no pueden hacer absolutamente nada. Además, las personas con SH demuestran tener una autoestima inflada y tienen una imagen personal demasiado positiva y engreída, como se puede ver en personas con rasgos narcisistas y antisociales de la personalidad.
Pero, a pesar de que este síndrome se asocia a estos tipos de personalidad (narcisista y antisocial), parece ser que no hay una clara correlación. Por lo que, todavía hay que indagar más para saber si este comportamiento se produce porque la persona se emborracha de poder o ya tenía esos rasgos de personalidad narcisista y antisocial y ahora tiene menos freno y puede demostrarlos más abiertamente. En contraposición, cuando estas personas pierden el poder suelen acompañarles estados de depresión por la sensación de tristeza y vacío que sienten y el síndrome, normalmente, remite.